APOSTAMOS POR UNA PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO TRADICIONAL A VALL DE ALMONACID. Durante esta jornada los niños y niñas han recolectado olivas y han visto todo el proceso hasta convertirse en aceite.
Que los niños y niñas conozcan las tradiciones de su pueblo es un factor de protección fundamental ante los procesos de despoblamiento rural. En la Escuela Rural Activa (ERA) somos conscientes de ello y por esto apostamos por la puesta en valor del patrimonio tradicional de Vall de Almonacid.
La recogida de la oliva y la posterior producción del aceite es un trabajo tradicional que nos conecta con la tierra y justifica el paisaje plagado de oliveras que rodea el pueblo. Además, representa una actividad económica sostenible que busca alcanzar un equilibrio entre el medio y la producción.
Durante los meses de octubre y noviembre, la recogida de la oliva atraviesa la cotidianidad de todos los habitantes del pueblo, y los más pequeños no podían perderse esta experiencia. En el Colegio Rural Agrupado (CRA) de Vall de Almonacid hicimos nuestra propia recogida de la oliva.
Alberto, un agricultor del pueblo, nos cedió su campo y nos acompañó en la jornada. Nos mostró las diferentes herramientas que se han utilizado a lo largo del tiempo, desde las más tradicionales hasta las más modernas y mecanizadas. Allí, durante el almuerzo y conversando, pusimos en común las tradiciones familiares en torno a la oliva, y es que todos y todas teníamos algo que compartir: las recetas de las olivas machacadas de nuestras abuelas, los domingos de recogida en familia o el papel de la cooperativa del pueblo en la producción de aceite.
Una vez recogida la oliva no podíamos hacer otra cosa que llevarla a la Cooperativa AYR , situada en el epicentro de la variedad autóctona Serrana dentro de la zona de influencia del parque natural de la Sierra Espadán.
Allí aportamos nuestros 20 kg de oliva recién recogida, y vimos cómo pasaban por las diferentes maquinarias hasta convertirse en aceite. Maribel, trabajadora de la cooperativa, nos hizo partícipes de todo el proceso explicándonos detalladamente todos los pasos que había que seguir para obtener un aceite de gran calidad. ¡Hasta pudimos llevarnos una muestra de aceite a nuestras casas!
Ahora comprendemos el paisaje de oliveras que nos rodea y su papel en la actividad económica y social del pueblo, así como en nuestras tradiciones familiares. Y tras un día de trabajo entre oliveras, ¡el aceite tiene un sabor sensacionalmente especial!
Tras la experiencia, aún más que nunca, apostamos por la puesta en valor del trabajo de los agricultores y la cooperativa.
Gracias a todos y a todas por esta experiencia.