Cambiemos el mundo con la RSC
¿Empresas RSC, o empresas GREENWASHING?
Hoy en día parece que muchas empresas quieran agarrarse a la Responsabilidad Social Corporativa. Parece que vende más. Que una empresa pueda presumir de prácticas más éticas es algo valorable por el consumidor.
GREENWASHING
No obstante, nos enfrentamos a un riesgo, el greenwashing. Ese maquillaje por el cuál con hacer unos pequeños cambios aquí, otros pequeños cambios allá, y publicitarlos mucho, parece suficiente para creer que una empresa está realmente comprometida con lo medioambiental y lo social.
APOSTAR POR LA RSC
Querer apostar por la RSC, supone ir más allá del mínimo legal exigible. Este mínimo se supone y no suele ser suficiente para hablar de empresas que vayan en la avanzadilla ecosocial. Lamentablemente, muchas empresas con comportamientos no éticos se agarran a decir que cumplen con la legalidad.
Existen terminologías y maneras de hacer empresa que aluden a claras prácticas ecosociales a la altura de las exigencias de la RSC.
Nos estamos refiriendo, por ejemplo, a la economía del bien común, a la economía social, solidaria o alternativa y al propio comercio justo, vanguardia de una RSC bien entendida.
Estas maneras de hacer economía han apostado por un respeto al medioambiente real y por una consideración moral de las relaciones laborales con grandes estándares de ética.
Si queremos que nuestra empresa pueda ser considerada ejemplo de RSC podremos tomar notas de algunos aspectos a considerar. Enumeramos 10 claves, entre muchas otras que podrían hacer la lista más extensa. El orden elegido no denota mayor o menor importancia.
El trabajo no debe ser un obstáculo para la maternidad/paternidad
Empecemos por la primera clave, la conciliación familiar. Es una parte especialmente sensible. El que un puesto de trabajo no se convierta en un obstáculo para la maternidad/paternidad o crianza de los más pequeños. Y que este cuidado no se convierta en un obstáculo para poder aspirar a un puesto laboral. Existen ejemplos maravillosos de empresas que incluyen una guardería o la misma ley prevé bajas por ma/paternidad.
¡Poner en valor habilidades agrícolas!
Otra segunda clave podría ser lo que valora mucho el comercio justo, implantado en muchas regiones del hemisferio sur: poner en valor habilidades agrícolas y artesanas tradicionales y previas. Esto permite a los productores dar lo mejor de sí, sin una ruptura con su cosmovisión o territorio. Hablamos de prácticas donde el biorregionalismo se expande con fuerza. No perder los vínculos con un espacio y tiempo propios a una determinada comunidad.
Mejor reparto de rentas con jornadas reducidas
En una tercera clave hablamos de controlar el máximo de horas de una jornada laboral. Conseguir 8-9 horas sería ya un gran logro en muchas partes del sur. Sin embargo, podríamos ir más lejos buscando las 5 horas. Jason Hickel nos cuenta que con un mayor reparto de rentas podríamos aliviar la presión sobre el planeta y conseguir reducir la jornada laboral.
Precio justo, salario digno
La cuarta clave es conseguir un salario digno. La Campaña “Ropa Limpia Internacional” nos habla del salario digno. Un salario que permita a una mujer mantener a dos hijos, pagar todos los gastos domésticos y ahorrar hasta un 10%. Esta potente petición hecha a las grandes empresas y proveedores de estas sacaría de la pobreza a millones de personas.
lgualdad entre mujeres y hombres
En la quinta clave mencionamos la igualdad entre hombres y mujeres. Es un hecho que todavía queda mucho a nivel global para conseguir esa igualdad. Una empresa que se quiera apellidar con la RSC no puede permitirse tales faltas de equidad.
El respecto al medioambiente incluye materias primas
El respeto al medioambiente como sexta clave que traemos es evidente. Esta clave podría bifurcarse en múltiples claves. Todas, formas y maneras de cuidar la naturaleza, no solo de manera directa sino de manera indirecta. Porque una fábrica en concreto puede aportar muchas medidas anti contaminación (reciclaje de aguas, retención de partículas de humos…), pero… ¿las materias primas que llegaron hasta la planta también han sido respetuosas con los bosques y los océanos a la hora de extraerse?
Erradicar la explotación infantil
Otra de las claves que no podría faltar es la ausencia de explotación infantil. Según la Organización Internacional del trabajo, los casos de niños empleados se elevaron a 160 millones en el año 2020. Un sistema económico basado en la acumulación de capital de manera creciente e indefinida crea el marco ideal para que esto siga sucediendo.
Fomentar el impacto positivo en la comunidad
Buscar un impacto positivo en la comunidad es todo lo contrario a los llamados efectos colaterales del mercado. Las regiones donde se instauran las empresas también deben recibir sus beneficios. No tiene sentido desequilibrar los frágiles equilibrios de muchas comunidades indígenas y de campesinos del sur del mundo. Algo habitual cuando se construye una presa, se abren prospecciones petrolíferas o una nueva mina.
Creemos empatía hacia los bosques y los seres vivos
La novena clave que apuntamos podría sorprender a más de una o uno. ¿El bienestar animal? ¿Por qué no incluirlo en la gran carta de los mejores deseos? El filósofo J.B. Callicott se refiere a los anillos de consideración moral como esa capacidad que tiene el ser humano de ir aumentando progresivamente su empatía a un número cada vez mayor de seres. Desde los humanos desconocidos y lejanos hasta los bosques y todas las criaturas vivas.
Relocalizar la economía
La última y décima clave que apuntamos hace referencia a relocalizar la economía. ¿Tiene sentido disponer de empresas socialmente responsables si para que funcionen necesitamos que sus piezas y materias primas recorran todo el planeta? ¿Tiene sentido alimentar cerdos autóctonos en España con piensos fabricados con soja procedentes de terrenos de la Amazonía?
Ir a por todas en una Responsabilidad Social Corporativa es no conformarse con pequeños maquillajes verdes o sociales. Una empresa del siglo XXI que quiera hacerse llamar responsable debe trabajar como trabajan las ONGs y colectivos sociales, con ambición, sin tregua, hasta llegar al fondo de la ética social y medioambiental.
Utilicemos las empresas para construir ese mundo ecosocial que todos deseamos.
Hector Conesa.
LA MÁQUINA DE CAMBIAR EL MUNDO
Atlas lúdico visual de la ecología, la economía solidaria y la construcción de la felicidad
Muchos son los retos sociales y medioambientales a los que nos enfrenta este siglo. Cambio climático, deforestación, crisis energética, desigualdades económicas… Pero muchas son las soluciones que ya están funcionando y que exhibe este libro, para demostrar que otro mundo es posible y que lo podemos hacer realidad con la participación de todas las personas.
Estallido de formas y colores que nos aproximan a temas tan necesarios de conocer como son el hogar ecológico, la agricultura orgánica, la movilidad sostenible, la bioconstrucción, las fábricas ecosociales, las artesanías, el comercio justo, la educación libre, la salud integral, la banca ética, el consumo consciente, la economía colaborativa y la cooperación.